Entrerríos Arquitectura

Plaza de España.

El arquitecto De la Sota clasifica Entrerríos como un pueblo de aquellos a los que se va y con ello, justifica la planta de forma cóncava con toda la estructura urbana abrazando la gran plaza.

Situada en el centro del conjunto, con forma aproximadamente elíptica, pero abierta ampliamente hacia el camino que le une con el resto del mundo, se constituye simultáneamente como interior y exterior del pueblo.

Esta forma elíptica fue la elegida por el arquitecto de la Sota, por ser la que mejor se adapta a la meseta natural en la que se encuentra. Desde ella caen suavemente todas las calles que parten de allí y se cruzan también los dos caminos principales que llegan al pueblo, siendo el origen de las calles que llevan a todos sus contornos.

La plaza, que inicialmente fue diseñada para convertirse en el centro del comercio local, es ahora el corazón del municipio y lugar de encuentro y descanso para sus habitantes y personas que visitan Entrerríos.

En esta singular plaza elíptica encontramos 2 elementos principales, que destacan sobre los demás y dominan el pueblo y el paisaje: el Ayuntamiento y el Pórtico.

Abrazando la plaza encontramos un conjunto de casas pareadas que se unen con uno de los elementos más representativos de la arquitectura colonial de Entrerríos: el Pórtico. Este pórtico va de un extremo a otro de la plaza protegiendo tras sus arcos y su techo a un conjunto de casas particulares y, en su origen, a una de las casas más importantes del pueblo: la vivienda del médico.

El pórtico sólo se rompe por la edificación más importante que podemos encontrar en toda la plaza: el Ayuntamiento del Municipio.

El Ayuntamiento de Entrerríos se proyecta en el eje de la plaza, justo frente a la Iglesia.

Su fachada se trazó con pomposidad elemental y con las imprescindibles pilistras, un básico de la época de construcción del edificio, 1954.

Coronan el frontal un torreoncillo con reloj y una serie de gallardetes y triunfos, rematando así una construcción sencilla pero rotunda y singular, referencia permanente para cualquier persona que pasee por Entrerríos.   

Si entramos en el edificio, encontraremos un amplio zaguán desde el que podremos acceder a las oficinas de correos.

Subiendo las escaleras encontraremos las oficinas de los equipos técnicos del consistorio (secretaría, administración, etc.), el despacho siempre abierto del alcalde y el remodelado salón de plenos, donde se toman las más importantes decisiones que conforman el día a día de esta población pacense.

Si entramos en la Plaza desde la carretera, nos encontraremos con la estatua de Antonio González-Haba Barrantes.

Este párroco es la figura histórica más importante de Entrerríos por una voluntad inasequible al aliento, encaminada a lograr que su sociedad fuera más justa, más igual, y presidida por un pensamiento libre.

El sonido del agua corriendo en la fuente y el verdor del parque que la rodea, hace que la Plaza de Entrerríos sea el lugar perfecto para descansar en calma escuchando el canto de los pájaros en uno de sus bancos mientras que el calor de los rayos de sol de la mañana nos recuerda los encantos de los paraísos rurales como Entrerríos.

Parroquia de Nuestra Señora de la Begoña.

Si nos ponemos en el centro de la vía central de Entrerríos y trazamos una elipse perfecta, en la parte izquierda encontraremos al Ayuntamiento y la Plaza Porticada y, a la derecha, y en una posición diametralmente opuesta, estará la Iglesia.

Este edificio se pensó como el elemento más robusto y dominante del pueblo.

La Iglesia de Entrerríos es una gran masa cilíndrica de ladrillo visto con planta circular y una simplicidad extrema. Según se definió en los planes de construcción, nada de “Arquitectura” ha de añadirse al limpio y solemne cilindro. Es una pieza única en lo que a la arquitectura se refiere.

La Iglesia queda envuelta y unida y unida al resto de la plaza por el porche que la circunda.

Su interior es una simple bóveda parabólica de ladrillo que arranca del mismo suelo y que solo está rota por unas ventanas no muy altas y en su parte superior, en el vértice, por una linterna proyectada más como ventilador que para iluminación.

Destacan en su planta el baptisterio, el confesionario y el arranque de la escalera del púlpito, que se fusiona con la salida de la Sacristía y se corona con el mismo púlpito de manera singular.

El baptisterio se abre con transparencia al porche y a la Iglesia, lo que da gracia a este rincón.

El coro de forma de menisco es una ligera losa de hormigón armado apoyada sobre el muro de la Iglesia y una viga curva que descansa sobre el muro de la Iglesia, además de una viga curva que descansa sobre dos pies derechos de hormigón.

Bajo el coro, una simple verja dirige y encauza el movimiento de fieles en su entrada y salida, para evitar tropiezos, en señalados días de aglomeración. Eso sí, con su transparencia no impide la visión del altar desde la misma entrada.

En el exterior, encontramos un ligero campanal de hierro formado por dos ángeles que sostienen un sistema de sujeción de tres campanas.

Los locales contiguos a la Iglesia, que son las dependencias religiosas, lo forman la Sacristía y algunas estancias que tienen en la actualidad unos usos municipales distintos de los religiosos originales.

Plazoletas, polletes y fuentes.

La arquitectura singular de los pueblos de colonización, como lo es Entrerríos, se diseñó para crear espacios en los que desarrollar el día a día de sus vecinos y vecinas en un entorno de comunidad.

En Entrerríos, todo el viario peatonal surge radialmente desde la gran plaza hasta encontrarse con otro que recorre longitudinalmente el pueblo, concéntrico al perimetral por el interior.

En la confluencia de esta calle con todas las radiales, en forma de turbina, podemos encontrar pequeñas plazas presididas por su respectiva fuente que configuran un conjunto de espacios que se definieron en origen como pequeñas Plazas de vivir.

Son muchas las plazas y en ellas las fuentes que podemos encontrar callejeando por las calles de Entrerríos; algunas sencillas, otras más ornamentadas e incluso alguna con diseño que recuerda al Gaudí del Parque Güell. En cualquier caso, todas ellas crean un espacio especial y agradable que propicia la conversación y el compartir entre vecinos, vecinas y personas visitantes.

Share This